Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

viernes, 21 de junio de 2013

LA PIEL DE MICA de Paloma Bravo

Mica es huérfana, triste, intensa, inteligente, soberbia, indómita, tierna, entregada y exigente. Ha pasado gran parte de su vida condicionada por la ausencia de su padre y por un grave accidente que la dejó en coma un par de semanas. La tristeza y la desesperanza han sido sus acompañantes. Asidua de un psicoanalista, continua sin saber quién es, se siente vacía y le da miedo ser ella misma. Ahora con 38 años atraviesa una nueva y complicada etapa en la que hace un repaso a su vida a través de su currículum.
Encuentra apoyo en sus amigos Manu y Diego, con ellos es, con el resto del mundo parece.
Manu es la ventana en que Mica empezó a asomarse a la vida, es su risa y su sentido común.
Diego es el hombre con el que puede hablar de todo lo que importa. Con quien puede aprender y mejorar. Es su cerebro.
También está Ana, que le da paz y luz, es su camino y su meta. Es su alma.
Y en ellos se refugia, aunque estén lejos siempre están ahí. Ha tenido mucha más suerte con sus amigos que con sus parejas. De las que también hablará con detalle en este Currículum Vitae, especialmente de Miguel.
Esta reconstrucción de su pasado le sirve para hacer una crítica a la situación política, económica y social actual. Pero, sobre todo, a las situaciones laborales relacionadas con el mundo de la comunicación.
Es una novela sencilla. Diferente de otras por la forma, por ese uso del CV para abrirnos el alma y mostrarnos la piel de su protagonista. Un personaje con el que apenas he empatizado, dejándome un poco fría. Pero intentando exprimir al máximo el contenido de este libro aún me he llevado en positivo la relación con sus hermanos, que siempre están cuando toca, así como su meta de ser ella misma, ser feliz, disfrutar con lo que hace e intentar cambiar el mundo. Y también he encontrado una curiosidad o coincidencia y es cuando Mica habla del permiso laboral por defunción, y de una manera cínica, critica quién y cómo se ha calculado cuántos días son necesarios para incorporarse al trabajo. Tema que hace sólo unos días fue actualidad por las declaraciones del director de Relaciones Laborales de la CEOE, José de la Cavada.

Algunas frases del libro:
“Sólo tú más yo podemos ser nosotros.”

“Lo que tú crees que pasa una vez en la vida ocurre mil veces cada minuto.”

“Lo que quiero es que dejéis de intentar arreglarme la vida, que las vidas no tienen arreglo, sólo hay que vivirlas.”

“Siempre he querido ser libre antes que cualquier otra cosa.”

“Bienvenidos al siglo XXI, bienvenidos a la crisis, bienvenidos a esta nueva realidad que es la de la Edad Media: si el emperador va desnudo y nadie se lo dice, morirá devorando a sus hijos, a sus ciudadanos y a sus negocios, habiendo consumido sus recursos.”

Contracubierta o pare de la misma:
Redactar el currículum cuando acabas de ser despedida, no tienes pareja estable y sólo hace seis días que murió tu madre exige un optimismo inalcanzable, por mucho sentido del humor que se tenga. En ello anda Micaela Salazar, Mica, de 38 años, periodista, divorciada, sin hijos y... huérfana. Especializada en solucionar los problemas de los demás e incapaz de resolver los propios, con buen criterio para elegir amigos y muy malo para los amantes, Mica está empeñada en cambiar un mundo en el que no han dejado de mandar los de siempre.

Fotografía de la cubierta: Getty Images

Gracias a la Editorial Plaza y Janés por el envío de este libro.

jueves, 13 de junio de 2013

LA NIETA DEL SEÑOR LINH de Philippe Claudel

Linh está viejo y cansado, ha perdido todo y sabe que es imposible volver al pasado, ha huido de su país porque está en guerra y sólo queda muerte y destrucción, pero conserva una antigua fotografía, un saquito con tierra y, sobre todo, tiene a su nieta, debe de ser fuerte por ella, es su razón de vivir. Su destino es un país extraño donde nada le es familiar, ni los olores, ni la gente, ni el idioma. Él vivía en una aldea con una sola calle de tierra, eran doce familias que se conocían y saludaban. Ahora se encuentra en una gran ciudad con vehículos, ruidos, mucha gente yendo siempre deprisa. Nada más llegar es llevado a una casa de acogida donde comparte habitación con dos familias que le respetan por ser mayor, como es costumbre en su cultura, pero que le ignoran. Es un refugiado que se refugia en su nieta Sang Diu, y en la breve canción tradicional que le tararea suavemente, y con la que él mismo siente paz. Por el bebé sale a la calle y pasea, así de forma casual conocerá en un parque a un hombre, el señor Bark, otra persona mayor y solitaria. No hablan el mismo idioma, pero los gestos o el tono de voz les reflejan su estado de ánimo. Con una sonrisa se transmiten más cosas que con palabras. Su cita en el banco del parque se convierte en un hecho agradable y necesario, disfrutan de compartir unos momentos juntos. Uno al otro se están dando mucho apoyo. Gracias a esta amistad para este extranjero el país extraño empieza a tener una cara, un olor y una voz familiar.
Es una corta historia llena de pequeños detalles con muchísimo significado. La cual, más que nada, me ha sorprendido por su final, a la vez que en su conjunto me ha entristecido y conmovido. Nos acerca al drama de las guerras, del exilio y de los refugiados, unido a la desesperanza de las personas, a la soledad de la vejez, a la necesidad de los humanos por agarrarnos a algo para sobrevivir, a intentar encontrar un sentido a la vida y una razón para existir. Tremendos los sentimientos que nos transmite el personaje del señor Linh después de una vida con tantas derrotas y con tantas huidas, viéndose obligado a alejarse de muchas cosas, sintiéndose en ocasiones como un animal acorralado. Preguntándose porqué le han quitado su libertad, si él no ha cometido ningún delito, por tanto ese edificio donde vive no debería ser una prisión, pero como tampoco está enfermo, no puede ser un hospital, entonces porqué le aislan del resto del mundo. Siente tristeza, nostalgia y vacío en su interior. Su único alivio es su nieta que le recuerda a su hijo y a su nuera, porque le llevan hasta el recuerdo de su propia mujer.
Aunque también he encontrado una gran belleza en la descripción paso a paso de la amistad que se fragua entre los dos hombres, que sin hablar ni entender el mismo idioma se comunican más que toda esa gente que va de un lado a otro de la ciudad ignorándose como si fueran ciegos y sordos. Hasta me ha salido alguna sonrisa cuando pronuncian la única expresión que han aprendido del otro idioma.
No importa desconocer cual es el país de origen o a cual llega, podemos imaginar uno u otro, lo importante es lo que representa el señor Linh, todo lo que nos quiere decir el autor de forma sutil, con la dureza justa, sin profundizar en el horror. Pero acercándonos con sencillez los sentimientos más profundos del alma humana.
Philippe Claudel es un escritor al que voy a continuar leyendo, me ha gustado su estilo literario. Como curiosidad hace unos meses pasé un rato muy agradable viendo una película francesa, “Silencio de amor”, dirigida por Philippe Claudel, de la que también es su guionista, pero entonces no relacioné que director y escritor eran la misma persona.

Algunas frases del libro:
“Pensar en la aldea, aunque sea en pasado, es un poco como estar en ella, pese a saber que ya no existe, que todas las casas fueron quemadas y destruidas, que todos los animales, perros, cerdos, patos y gallinas, han muerto como la mayoría de sus habitantes, y que los supervivientes se han dispersado por los cuatro rincones del mundo, como él.”

“Está a miles de kilómetros de una aldea que ya no existe, a miles de kilómetros de unas tumbas huérfanas de sus cuerpos, muertos a unos pasos de ellas. Está a miles de días de una vida que antaño fue hermosa y feliz.”

“Sí, se dice, puede que la vida sea también esto. De vez en cuando un milagro, oro y risas, y de nuevo la esperanza cuando crees que a tu alrededor todo es destrucción y silencio.”

Contracubierta o parte de la misma:
Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa “Mañana dulce”, una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor.

Traducción del francés de José Antonio Soriano Marco

Ilustración de la cubierta: Ric Ergenbright / CORBIS

miércoles, 5 de junio de 2013

BRÚJULAS QUE BUSCAN SONRISAS PERDIDAS de Albert Espinosa

Después de haber visto la película “Planta 4ª”, de haber leído Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven” (reseña aquí) y ahora este nuevo libro, me sigue aportando energía positiva y esperanza este autor, a pesar de los dramas que engloban sus historias. Porque también en este caso el protagonista de “Brújulas que buscan sonrisas perdidas” ha tenido una vida marcada por tristes experiencias, a cual más traumática, y aunque no todas han sido en la niñez pero sí hace referencia en varias ocasiones a esos traumas de la infancia que nos marcan tanto. Sus tragedias le han llevado a un estado de no vivir, de desconcierto, de ver pasar el tiempo rápidamente, pero su propia evolución como persona le devuelven al mundo. Y ese trayecto desde no ser hasta volver a ser es la historia de Ekaitz.
Narrada por él mismo va haciendo un recorrido por el presente y el pasado, alternando datos y detalles que nos irán componiendo su vida y la de su familia. La relación complicada con su padre, ahora enfermo de cáncer y de alzheimer, quien sufre dolor y casi a la vez lo olvida. La pasión positiva y el amor que le transmitía su madre, con esas sonrisas que siempre conseguía sacarle de una forma casi mágica. El alejamiento que tienen los 4 hermanos y como pasaron a ser una familia rota. La buena influencia de su mujer, quién también tiene su pasado, y cómo las enseñanzas del libro “De profundis” de Oscar Wilde le ayudaron a dejarlo atrás. Las sensaciones que le produce su cuñada, ese terreno neutral que le da paz. El significado especial de los “tun” de sus hijas gemelas, su palabra favorita. Y entre todos los recuerdos que le llegan y los momentos de reflexión sabremos que el odio había cegado su personalidad. Pero también sabremos como poco a poco va encontrando cuál será su destino.
Me han parecido preciosas algunas partes del libro,  sobre todo, cuando cuenta la historia del hotel donde en lugar de bombones o encuestas sobre la almohada, ponían citas o frases, sentencias nocturnas para la gente que vive veloz y a veces se va a dormir sin ninguna reflexión.  Y también es muy bonita la parte donde se sabe el significado del título del libro.
Sin embargo, lo que menos me ha gustado, porque me ha parecido exagerado, es la cantidad de dramas que le toca sufrir, demasiadas desgracias para una sola persona.
Resulta curioso como entrelaza momentos que posteriormente tienen un gran significado en la historia, como la dedicatoria de un libro que le regaló su abuela a su padre. El hotel y sus citas vitales. La primera película que rodó su padre. Son pequeñas situaciones que pasan desapercibidas pero que regresan con toda su fuerza.
Creo que Albert Espinosa es un autor con un estilo muy personal y que lo define, que gusta o no gusta, sin términos medios.  Yo soy de las primeras, porque lo que me encontré en el primer libro que leí, “Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven”, ahora lo he vuelto a encontrar en esta novela. La forma en que trata temas muy duros y dolorosos, de manera suave y delicada,  con frases cortas y sin grandes descripciones, adelantando pequeños avances de lo que ocurrió, como para que poco a poco vayamos asimilando el tremendo suceso. Ese aire de esperanza, de superación, de transmitir que se puede llegar a ser lo que uno quiera, que hay segundas oportunidades. El uso de conceptos que al leerlos te llenan y te llevan a la reflexión. La continua utilización de puntos suspensivos, como dejando al lector que piense en lo que acaba de decir. El conjunto da como resultado un tipo de novela, que sin ser de autoayuda, consigue que cambie tu perspectiva en algunos aspectos de la vida, aunque lo mismo para conseguirlo necesitaríamos encontrar esas brújulas que buscan sonrisas perdidas...

Algunas frases del libro:
“Una vida, si tiene un buen discurso y unos buenos argumentos, puede tocar a cientos de otras...”

“Aquello fue un regalo, vida que te retornan. Fue eso, vida que te retornan cuando ya pensabas que la habías perdido...”

“Siempre he sido más de exteriores que de interiores.. Si podéis, jamás pongáis muchos interiores en vuestra vida...”

“Y ésa es la grandeza de estar en el pozo, que si lo deseas y la ayuda es sencilla, una simple indicación, leve pero acertada, te puede llegar a sacar de allí...”

“Y es que, si uno no se comprende a sí mismo, ¿cómo va a comprender a los demás?”

Contracubierta o parte de la misma:
Nunca dejaré de buscar mi archipiélago de sinceridad... ¿Quieres formar parte de él?

Ilustración de la cubierta: Llorenç Pons Moll

Gracias a la editorial Grijalbo por el envío de este libro