Tercer
volumen de la trilogía del Baztán, del primero “El guardián
invisible” podéis leer la reseña aquí, y del segundo “Legado
en los huesos” podéis leerla aquí.
En
este último libro, la autora, ha conseguido mantener el mismo buen
nivel con la trama, con los personajes y con la ambientación.
La
historia se desarrolla con nuevas intrigas, pero sin olvidar
referencias a los casos anteriores. Continúan los personajes de las
novelas previas, pero me he llevado sorpresas, porque a algunos no
los conocía tan bien como pensaba. El aire mágico se lo da al
relato la leyenda de Inguma, volviendo a ser parte importante la
mitología tradicional. Destacando también la poderosa energía del
bosque, tan espeso que apenas entra la luz, la belleza de las altas
copas de los árboles, la fuerza del río y la importancia de una
naturaleza que protege. Las descripciones de Elizondo y del Valle del
Baztán le dan mucha riqueza al relato.
El
comienzo de “Ofrenda a la tormenta” es de los que dejan huella:
intenso y rozando el terror. Creo que no podré olvidar los ojos
horrorizados de los muñecos de peluche.
Y
con un nuevo caso de asesinato empieza el trabajo para la inspectora
Amaia Salazar, quien en su profesión es analítica, lógica y
práctica, pero habla de brujería en el siglo XXI influida por las
tradiciones mágicas del Valle del Baztán. Ese lugar del que huye
pero la tiene atrapada, marcada por la sombra de su madre, y rodeada
de mentiras y secretos familiares, pues sus hermanas Ros y Flora aún
tienen mucho que contar.
Me
sigue gustando mucho el personaje de la tía Engrasi, quien continúa
siendo el motor de Amaia. Y su casa es el “hogar”, con todo lo
que abarca ese término.
De
los compañeros de la inspectora, alguno tiene un papel un poco más
especial, como es el caso de Jonan.
Y
cómo no hablar del juez
Markina, que ya en el libro anterior marcaba tendencia. Él y sus
trajes. Él y sus miradas. Él y …
Como
novedad está el padre Sarasola con su papel relacionado con la Obra
y con el Vaticano.
Pero
para misterioso continúa siéndolo Dupree. El consejero, vía
teléfono, de Amaia en los momentos oportunos. Dice que: “Para
resolver un caso a veces es necesario el rayo, que es una descarga
eléctrica que dura apenas un segundo y que es capaz de freírte el
cerebro por su clarividencia.” También le deja claro que después
de su experiencia en la vida y en la investigación: “¿no creerá
que las cosas pasan porque sí?”
Y
es que en esta ocasión ¿se habrá acercado sin saberlo a algo muy
peligroso?
Tendrás
que descubrirlo desde el primer libro porque con los asesinatos se ha
roto el equilibrio del guardián del bosque, el Basajaun.
Algunas frases del libro:
“Hay
que hacer lo que hay que hacer.”
“A veces entender las cosas no era suficiente para aceptarlas.”
“El síndrome de muerte súbita del lactante es uno de los horrores más sangrantes que puede llegar a producir la naturaleza.”
“Mil preguntas pugnaban por ser contestadas en el cerebro de Amaia, pero por su formación en interrogatorios sabía que si tenía la suficiente paciencia para esperar, la explicación llegaría, y que preguntando sólo conseguiría que él se cerrase en banda.”
“Cuando las nuevas fórmulas no sirven, se recurre a las viejas.”
“Pensaba en cómo los silencios, las palabras que no se dicen, las llamadas que no se responden pueden contener un mensaje tan claro.”
Contracubierta o parte de la misma:
Ha
pasado ya un mes desde que la inspectora de la Policía Foral
recuperó a su hijo y pudo detener a Berasategui. Pero a pesar de que
tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por muerta a Rosario,
Amaia siente que no está libre de peligro, un desasosiego que sólo
Jonan comprende.
La
muerte súbita de una niña de Elizondo resulta sospechosa: el bebé
tiene una marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido
presión digital, y además, su padre intenta llevarse el cadáver.
La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de
Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su
aliento y les arrebata la vida durante el sueño. Pero serán los
análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a Amaia
Salazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarán
un rastro inaudito en el valle.
Berasategui
muere, entonces, inexplicablemente en su celda, lo que despliega una
trepidante investigación que llevará a Amaia al auténtico origen
de los sucesos que han asolado el valle de Baztán.
Y
mientras desde el bosque, una impresionante tormenta llega para
sepultar la verdad más demoledora.